Aunque no conocía el libro que precede a este, la Masa Crítica decidió que debía conocer este maravilloso acercamiento a las emociones. El libro nos propone un viaje a través de bellas metáforas con las que acercarnos al conocimiento y diferenciación de nuestras propias emociones con recetas divertidas para generar más de las buenas y deshacernos poco a poco de las malas. Tiene un lenguaje muy ameno y en cierto punto alegre, que me ha despertado una ternura infinita, como deben hacer las cosas pequeñitas. Recomendado para todas las edades, porque tal y como dice las emociones tienen su máquina del tiempo propia y no entienden de las edades de las personas. Nunca es tarde para encontrar en nuestro camino un poco de alegría, curiosidad, generosidad y ternura, dejando de lado a ira, indiferencia y frustración. |