Porque hablar de la muerte no hace que esta se produzca, pero no hablar de ella nos hurta oportunidades y momentos que no volverán nunca.
|
Porque hablar de la muerte no hace que esta se produzca, pero no hablar de ella nos hurta oportunidades y momentos que no volverán nunca.
|
La ira no es mala, tan solo hemos de utilizarla con inteligencia.
|
Somos islas de presencia en un mundo distraído.
|
Escuchar no siempre consiste en oír lo que dicen los demás. Una de las voces más importantes y, quizá, que menos tenemos en cuenta es la voz interior. ¿Con qué frecuencia nos detenemos a escucharnos a nosotros mismos?
|
¿Vas a ser un libro en blanco a la espera de llegar a descubrir cual va a ser tu propia aventura?
|
La soledad consiste, en parte, en la brecha que uno percibe entre el contacto que uno desea y el que real- mente tiene, y, en parte, en la interpretación que uno hace de esa brecha.
|
Hay veces en que las cosas no se pueden enderezar. Hay cosas que tan solo se pueden sobrellevar.
|
Para ofrecer a alguien nuestra ayuda o apoyo, hemos de partir del lugar donde se encuentra esa otra persona y comprender su situación desde su punto de vista.
|
Todos tenemos momentos en que nos quedamos sin palabras. Con frecuencia, esto se debe a que las palabras que necesitamos se arremolinan en una niebla de emociones, y hay ocasiones en que mantenerlas ocultas parece una opción más atractiva que arriesgarse a expresar con ellas una situación angustiosa.
|
Nuestra fragilidad no es una debilidad: es un punto de encuentro, un lugar donde somos completamnente humanos con respecto a la angustia de otra persona.
|
It