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Comencemos por decir que es increíble que a estas alturas del siglo y del supuesto “avance” de la humanidad, todavía haya que escribir y describir a los niños lo que es la discriminación, el prejuicio y la fobia a lo diferente. Dicho esto, y con el peso de esta lacra sobre nuestros hombros (los de los adultos), este libro me derritió de amor. Ya el hecho de narrarlo a varias voces (al principio a dos) me parece un superacierto por parte del autor del texto, Toño Malpica, porque es el ejemplo más práctico que le puedes dar a un niño sobre un problema social: que siempre hay dos (o más) perspectivas de una situación, y que uno no puede pretender que el mundo que ve es el que ES. Genial, Toño. Y las ilustraciones de Giulia Landonio (muy “burtonianas”, creo yo), traslucen el mensaje a veces incluso más que el texto, por lo que son el apoyo perfecto para este. No puedo dejar de hacer mención especial a los ojos de los niños, que parece que vayas a poder apagar la luz y seguir viéndolos, de expresivos que son. En resumen: me quito el sombrero. Gran libro, preciosa impresión y formato, y muy recomendable como enseñanza social, tan necesaria aún. |
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