Me cuesta encontrar palabras que estén a la altura de @helenamaleno y todo lo que narra en Mujer de frontera. Me crea una profunda sensación de impotencia y frustración, un cortocircuito mental el saber que los Estados europeos (considerados primer mundo y, por tanto, con más recursos y a los cuales se les presupone un desarrollo mayor en todos los sentidos) se dedican a perseguir, dañar e intentar hundir a quienes se dejan la piel intentando salvar vidas de personas en peligro. En la cubierta del libro se puede leer “Defender el derecho a la vida no es un delito” y creo que es el mejor resumen a esta situación surrealista. Sin embargo, hay tantos intereses políticos y económicos tras esas leyes fronterizas que parece imposible que algún día esta pesadilla se acabe. Gracias de corazón a personas como Helena Maleno Garzón y todas esas hormiguitas infatigables que,a pesar de los riesgos reales y palpables, siguen luchando por un mundo más justo, donde la vida de todo ser humano tenga el valor que se merece. |