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Esta novela está dividida en tres partes, cada una narrada por un personaje. En un principio parece que la historia no tiene relación pero a medida que avanza se ve que todo queda hilado y el autor nos ha ido dejando pistas previamente, solo que no las encajamos hasta el final. Por una parte tenemos a Miguel, un joven boxeador que lucha por continuar a pesar de estar atormentado por su día a día. Por otra a Clara, una prostituta cansada de la vida que lleva, de todos esos hombres a los que noche tras noche atiende… pero es casi imposible huir de ello. Además, tiene que cuidar de su hijo Pablo. Y, por último, a Javier, un panadero que hace algo más que trabajar de eso. El punto fuerte de la historia para mí ha sido, además de ese entramado tan interesante antes mencionado, lo bien perfilado que está cada personaje. Los tres tienden a una especie de versión pesimista que pega muy bien con el ambiente de la historia y la vida que cada uno tiene. La forma en la que está escrito lo hace muy visual y casi parece que nos introduzcamos en una película. Entre que está contado en frases muy cortas y en capítulos breves, es fácil sumergirse y verse atrapada por la historia. Debo de añadir que encontramos escenarios crudos, brutales y complicados, que pueden ser fuertes para algunas personas. |
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