 |
Se trata de una de esas novelas que comienzan asiendo varios cabos más o menos distantes y paulatinamente va acercándolos, dejando por el camino varias pistas de las que, como lector suspicaz, sabes con seguridad que alguna resultará un poco tramposa y que alguna de las resoluciones vendrá de un lugar inesperado. En esto, la historia no defrauda. Y aunque dicho así parece una historia previsible, no lo es, ni mucho menos. El giro en algunos hilos es radical, especialmente tras leer los apéndices. Por otro lado, buena parte del libro lo ocupa una crónica de batalla que, en mi opinión, se llega a hacer bastante tediosa, y que ralentiza la acción detectivesca del falangista que tiene por protagonista la parte, en mi opinión, más brillante y en la que el autor mejor se maneja. En su conjunto, la trama es buena y su tratamiento excelente, pero carente de alma. Probablemente por el estilo del texto: Demasiado centrado en la narración de hechos y poco inspirado en la descripción de escenarios. Como si el autor mostrara las imágenes en el blanco y negro con que recordamos la época, sin preocuparse por colorear los fotogramas. Por muy bien documentado que esté, si no vemos el detalle, la ambientación se resiente. |
>
