El taller de muñecas

Elegí este libro como lectura por varias razones. Lo primero que me gustó fue su título y su bonita portada. Luego, cuando leí 'Londres, 1850' de la sinopsis ya tenía el dedo para adquirir la compra de un ejemplar en formato digital.

Mi sensación principal fue bastante buena y también experimenté cierto interés por la sociedad del siglo XIX, una de mis ambientaciones favoritas.

Por un lado, nos presentan 'La tienda de curiosidades antiguas y nuevas' de Silas Reed. Un hombre que se dedica a la taxidermia, entre otras labores. Por otro lado 'El Emporio de Muñecas' de la señora Salter, lugar en el que trabajan Iris como aprendiz. Y por último, conoceremos a Albie, un arrapiezo roñoso que nos sacará más de una sonrisa a lo largo de la narración. Los capítulos se intercalaran entre estos tres personajes. Tres tramas entrelazadas y unidas en una misma historia.

Los capítulos son cómodos de leer y la prosa es delicada. Lo más sobresaliente son las asombrosas descripciones de la sociedad del siglo XIX. El vagabundeo de los andrajosos por las calles húmedas y sucias, las damas ataviadas con sedas y vestidos de algodón, las farolas de gas, los cuchitriles para inhalar los vapores de la amapola, las muchachas mugrientas en tugurios vendiendo sus cuerpos y los elegantes señores de chistera. Mi cabeza que está llena de libros y normalmente vive en 1885, (año arriba, año abajo, para ser más exactos) pudo con esta lectura caminar de nuevo con los golfillos de las calles de Londres.

Otro de los puntos más significativos ha sido la descripción psicológica de los personajes cuyo carácter y personalidad irán evolucionando a lo largo de la narración. No es fácil conseguir un carácter propio para cada personaje, pero aquí se consigue de manera eficaz.

La trama principal será la obsesión que experimenta Silas cuando conoce a Iris. Una obsesión malsana y ponzoñosa que irá creciendo en su interior. Ese barullo de deseo que siente por ella se convertirá en el principal motor de su existencia y es aquí cuando el personaje de Silas evoluciona a algo desconocido. El personaje de Albie es la parte entrañable y divertida de la novela. Es uno de los miles de golfillos que se buscan la vida con astutas triquiñuelas en las calles de Londres. Desde mi punto de vista, ha sido de lo mejor de la novela.

Pero, el lento ritmo de la narración hace que a veces la lectura se vuelva monótona y aburrida. Parece que la autora se lo ha tomado con mucha calma para avanzar con la trama y hubo momentos en los que me resultó tediosa. No quiero decir que sea una mala novela, no me malinterpretéis. Está bien, la verdad. Y la recomiendo para los lectores decimonónicos como yo, que disfrutan con una buena ambientación pero no olvidéis que es una lectura serena y paciente y así tenéis que ser con ella.

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