La última fiesta

La historia nos lleva al Lago Espejado que se encuentra en la frontera entre Inglaterra y Gales. El día de Año Nuevo aparece un cadáver flotando sobre sus aguas, enseguida se sabe que el fallecido es Rhys Lloyd, un famoso cantante y promotor inmobiliario que decidió construir un complejo de chalets de lujo (La Ribera) junto al lago. La anoche anterior, el susodicho, fue visto por última vez en la fiesta de Nochevieja que se celebraba en una de las casas de este complejo. Ffion Morgan, una agente de policía galesa, y Leo Brady, detective inglés, serán los encargados de resolver el caso, pero tanto los vecinos de la Ribera como los del pueblo cercano de Cwm Coed no se lo pondrán nada fácil.

La novela me gustó, pero he de reconocer que la primera mitad se me estaba haciendo bola, todo iba demasiado lento. Sin embargo, llegó un momento que ya no pude soltar el libro, toda la trama empezó a coger un ritmo tan frenético que sólo deseaba llegar al desenlace para ver si mis sospechas pasaban a ser certezas, pero no. Ni por asomo me acerqué a la resolución, que no me la esperaba para nada. El final es realmente de traca.

La narración es en tercera persona y su estructura me pareció, en principio, muy caótica hasta que le pillas el hilo, ya que tiene dos líneas temporales y una de ellas, la que se centra en lo que ocurrió antes del asesinato, estaba como desorganizada, pero todo tiene su porqué y es que así conoceremos a todos los personajes de una manera más íntima.

Una novela de 'habitación cerrada', al estilo Agatha Christie, donde absolutamente todos son sospechosos del crimen. No dudéis en darle una oportunidad, si os gusta el género, porque su trama os dejará realmente flipando.