Liquidación

Hace unos meses, en la biblioteca, estuve ojeando las novedades. Liquidación estaba allí. Algo me llamó a leerlo, pero ese día no me lo llevé, ya iba muy cargada. Meses después volví a por él, cegada por unas ganas que provenían de la nada. No había visto reseñas, no había leído nada sobre él. Quería leerlo, sin más, y qué bien seguir a veces esos pálpitos.

Se vende como una novela casi postapocalíptica, en la que veremos un New York vacío tras una pandemia que proviene de China (¿os suena?) y convierte a las personas en meros autómatas hasta que mueren de inanición, repitiendo sus quehaceres una y otra vez. Si buscáis sólo esto, no la leáis, no es una novela sobre una pandemia. Va más allá.

Ling Ma, escritora de origen chino afincada en Estados Unidos nos narra con una escritura moderna, vivaz, apasionada y muy emotiva la vida de una joven china que con pocos años tiene que recomenzar su vida en América junto a sus padres. Con capítulos cortos que hacen saltos temporales de una forma brillante, nos lleva por cada uno de los hitos de la vida de la protagonista. Entre ellos, y con fuerza, aparece la Fiebre Shen, la resistencia, las ciudades vaciadas, los muertos, el cansancio, la inquietud y el miedo al contagio.

Pero no es, sin embargo, lo más importante del libro. Para mí lo más interesante es la crítica mordaz y brutal al capitalismo. Lo importante es cómo te sientes identificada con pequeñas cosas, con situaciones, con la absoluta contemporaneidad de todo lo que cuenta. Y es que Liquidación nos habla de cómo ser chino y americano a la vez, de tradiciones, de lazos familiares, de música, de cine, de amor o de lealtad, y lo hace con momento a ratos cómicos, a ratos dramáticos, bajo un velo donde se esconde la absoluta soledad de la protagonista, y las personas que va conociendo y desconociendo.

Si vais a leerlo, no dejéis pasar los años, su momento es ahora. Todo os va a resonar, todo os va a parecer demasiado cercano. Y eso, en mi caso, ha sido inquietante y reconfortante a la vez.