Reconozco que los álbumes ilustrados los compro casi siempre tentada por sus ilustraciones y con este... no hubo amor a primera vista. Pero cuando lo leí, me cautivó. Sencillo, divertido y con una moraleja para la reflexión final. Se ha convertido en un imprescindible de mi hija mayor, de 3 años. Pero me parece perfecto para niños/as que están comenzando a leer de manera autónoma. |