Cómo (no) enamorarse

Nora pilla a su madre teniendo relaciones con la vecina algo que para ella una vez superado el impacto visual inicial le parece genial porque ya era hora de que rehiciera su vida sentimental después del divorcio con su padre. Lo que no le hace tanta gracia es que ambas deciden vivir juntas y por supuesto Adrián, el hijo de la vecina y a quien odia profundamente, compartirá techo con ellas. Pero claro, Adrián no es solo el chico al que odia y le parece un completo imbécil, sino también el chico con el que ha tenido sus primeras veces. Para Nora, ¡el drama está servido!

Como (no) enamorarse es una comedia romántica MARAVILLOSA, un enemies to lovers en toda regla, con escenas muy hot y con unos personajes muy peculiares (y tontísimos pa que nos vamos a engañar)

Sin duda, lo que más me ha gustado ha sido la tensión sexual entre Adrián y Nora y las escenas en las que Nora intenta convencerse a si misma de que Adrián es solo un capullo y que no siente absolutamente nada por él. Me he partido de risa con las situaciones tan disparatadas y ridículas en las que Nora se ve envuelta con tal de fastidiar a Adrián y los piques constantes a los que él somete a Nora.

Por otro lado, tenemos a un grupo de amigos muy majete, de estos que se conocen de toda la vida, que te tienen calado como si te hubieran parido, con los que la lías pardisima sin importar el ridículo que puedas hacer porque total has tenido con ellos tus primeras borracheras; y donde aquí el dicho de la confianza da asco se hace muy real.

Y que decir de las escenas más hot, la mezcla perfecta entre ser realistas y a la vez cerdas porque sí gente, el sexo por lo general es guarrete y por qué no, a veces torpe.

Y a esto hay que añadir la representación que se realiza del arromanticismo. Conocía muy de oídas lo que era ser arromántico y la autora lo explica de una manera muy fluida y natural, y como bien dice Myriam cada persona es un mundo y ser arromántico se puede sentir de mil maneras diferentes, y lo importante es hablar y conocer lo que para cada uno implica identificarse como tal.

No tengo nada más que añadir a parte de que lo leáis, que vale la pena conocer a Nora, Adrián y compañía porque las risas están aseguradas.