No hay duda de que el libro me ha enganchado y me ha divertido, y opino que esconde mucho más de lo que parece a simple vista. Los personajes son geniales, alguno de ellos tan absurdamente atontado que es inevitable reirse, con mucho desparpajo y con preocupaciones típicas de la edad, que afrontan situaciones reales con humor pero también con dudas, que la representación de la amistad es fantástica y que la diversidad de orientaciones sexuales está muy bien tratada e integrada con normalidad, sin forzar la situación. Contiene escenas bastante explícitas pero no burdas ni desagradables, siempre de manera muy natural y sin saturar ni emborronar el resto de la historia. Y el final, pues bueno, la verdad es que lo deja en un punto muy interesante y que apetece mucho leer. |