Casa transparente

Cuando vi este libro en la biblioteca, me dieron muchas ganas de leerlo. Por un lado, la portada invita a abrirlo, y una vez lo hojeas, te das cuenta de que ese colorido es una característica básica de todo el libro. Por otro lado, vi que había sido galardonado con el I Premio literario de novela gráfica Ciudades Iberoamericanas, el cual tiene como objetivo fomentar las expresiones culturales que giran en torno a las dinámicas de las ciudades, así que decidí darle una oportunidad.

Este premio hace justicia al libro, ya que la autora recuerda en él varios sitios por los que ha pasado y ha vivido, varias ciudades latinoamericanas cuyo encanto a veces no ha podido disfrutar por culpa del trabajo. En otras ocasiones ha podido visitar algunos espacios de esas ciudades turísticos, pero también otros más locales.

Aunque María se muestra como una persona a la que le encanta viajar y vivir en diferentes lugares del mundo, no reniega de su ciudad natal, Rosario, a la que vuelve de vez en cuando por su familia y amigos. Así parece crear un equilibrio entre viajes.

Estamos ante un cómic con muy poco texto pero muchos detalles en cada viñeta, que hacen que te fijes más en ellos para poder disfrutar mucho más de la lectura. Como he dicho al principio, este libro es muy colorido y alegre, tanto por dentro como por fuera, lo cual llama muchísimo la atención: su lectura es un disfrute para la vista.

Lo que menos me ha gustado ha sido cómo la autora expresa la noche con respecto al día en sus ilustraciones: las colorea con sus ceras como si se tratara del día pero luego las cubre con ceras más oscuras de tal manera que me ha parecido que las imágenes se emborronaban y no se veían demasiado bien.

Recomendaría la lectura de esta novela gráfica a todo aquel al que le guste viajar porque este libro muestra varias ciudades latinoamericanas. Un libro colorido y poderoso con el que disfrutar de una agradable tarde.