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No había leído a Lovecraft hacia 30 años o más, y este pequeño librito me llamó en una feria de libro. La verdad es que este autor me gustó en su tiempo, como algo especial, diferente dentro del género de terror. Sin embargo, o bien mis gustos han cambiado radicalmente, o sus textos han envejecido mal. Los relatos breves que componen el pequeño volumen están realizados con una técnica abigarrada, párrafos sin mucho sentido, conclusiones no anunciadas y mucho menos razonadas. El terror cósmico que yo recordaba ha dejado su huella, pero ésta se ha deformado, empequeñecido y rebajado en mi actual expectativa y aspiración de las sensaciones que espero encontrar en la lectura. He sentido cómo caía un mito de mi juventud, mientras que la calidad de Edgard Allan Poe, por ejemplo, ha superado este tiempo mucho mejor. En fin, dejaremos que Cthulu y compañía sigan reposando en paz en sus sarcófagos fuera de nuestras dimensiones, aunque les deseamos lo mejor, húmedos, eternos y la mar de feos. |
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