Cuando Llegue Septiembre: París

Cuando llegue septiembre: París cuenta la historia de Cécile, una chica de Granda que vive con su madre y que, después de que su novio desde hacía dos años la dejase por llamada de teléfono, decide mudarse a su ciudad natal, París, para cambiar de aires.
La protagonista se muda a la antigua residencia, aquella donde vivía con sus padres (aún casados) cuando era más pequeña, y de esta manera retomará el contacto con viejas amistades, como los hermanos Damien y Adrienne.
Su padre, residente en París, es bastante adinerado, así que le es muy fácil conseguir una plaza para el máster que Cécile tanto quiere: decoración de interiores con el prestigioso artista Axel Leblanc. Este máster, dará comienzo a un capítulo extraño en la vida de Cécile.
Los capítulos son de unas diez, quince, páginas. Sin embargo, la lectura es ágil, adictiva y entretenida. Este libro es perfecto para leer en una tarde de lluvia, junto la manta y el café, o chocolate caliente.
Lo que más me ha gustado ha sido ver el cambio que ha pegado Cécile durante toda la novela. Comienza siendo una chica rota, por la ruptura del que creía ser el amor de su vida, y empieza a transformarse en una persona totalmente diferente. (Sí, el adjetivo que quiero usar es spoiler, así que tendréis que leerlo para saber a qué me refiero)
El final me ha gustado mucho. Aunque deja con ganas de seguir leyendo, puesto que tiene continuación. He de reconocer que una de las incógnitas, que se resuelve en las últimas treinta páginas, yo la intuía (fue como una idea loca en mi cabeza).
En resumen, Cuando llegue septiembre: París es una historia de superación personal, de amor, de amistad y de drama. Con capítulos adictivos y entretenidos. Con un final que te atrapa y te deja con ganas de más.