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Me ha gustado mucho esta novela. Los personajes ya me venían llamando la atención del libro anterior, por lo que en este había mucha expectativa, que ha sido cubierta. Alana tiene mucho carácter, y no se calla ante ninguna provocación y más si esa provocación viene de parte de Alex, que se contiene un poco más, pero que la lengua mordaz de Alana lo hace saltar muy rápido. Aunque él es consciente de que Alana esconde sus sentimientos tras sus comentarios crueles, eso no quiere decir que no lo duelan. Y Alana está siempre a la defensiva porque estar cerca de Alex la hace sentirse vulnerable e insegura, pero ella no quiere sentirse así, ni pensar el motivo de esos sentimientos. Por eso se meten en tantas discusiones, esa vulnerabilidad que siente hace que hable sin pensar más de la mitad de las veces. Así que ahora que ambos van a tener que trabajar juntos por una preciosa yegua que llega al picadero y las excursiones del hotel, se puede armar un buen jaleo. La novela es adictiva y rápida. La verdad es que ambos se dicen unas cosas que... ¡¡madredelamorhermoso!! Pero es todo tan enemies to lovers que enamora desde el momento uno. También tenemos momento drama y me ha encantado. No quería que se terminase el libro, menos mal que seguirán saliendo en los dos siguientes. Creo que ve va a costar separarme de los personajes de esta serie. Lo bueno de estas series es que en este libro seguiremos descubriendo cosas de Violeta y Mica, además de seguir con la vida de Mía. |
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