Hija de la lluvia

Ainize se fue de la casa familiar, dejando atrás a su familia, a la mujer que la crió como una madre y a su amor de juventud, intentando escapar de la maldición que pende sobre la familia desde hace generaciones Doce años más tarde, debe dejar Paris, donde vive con su pareja, para acudir al funeral de su padre. al regresar deberá enfrentarse de nuevo a los fantasmas y miedos del pasado.

En cuanto se instala en el viejo caserón rodeado de un viñedo ahora descuidado, siente que algo o alguien la acecha. Los extraños sucesos que comienzan a producirse alrededor, para los que no encuentra explicación, hace que comience a dudar de su propia cordura.

Una extraña partida de ajedrez contra un oponente invisible que nos mantiene expectantes ante su siguiente movimiento, un vino que puede salvar la herencia familiar, un desconocido que aparece y desaparece y una muerte, la del padre, que a medida que avanzamos se os antoja extraña, son los elementos de este puzle que además esta aderezado con el reencuentro de nuestra protagonista y su amor de juventud. Un amor que se quedó en pausa, y ahora regresa haciendo que toda la vida que Aizine creía tener estructura y clara, salte por los aires. Quiera o no tendrá que enfrentarse a decisiones vitales sobre el futuro del legado familiar y el suyo propio.

Con una narración ágil, gracias los capítulos cortos, y una ambientación que te transporta de lleno a esos paisajes rurales del norte de España que tanto me gustan cuando se trata de género negro, la autora nos va adentrando paso a paso en el misterio que encierra esa maldición que persigue a la familia y en cómo afecta a los personajes y sus relaciones.
Las descripciones de los paisaje y escenarios son para mí el punto fuerte de la novela. Logran transportarte al interior del caserón, a los bosques que lo rodean, oler la tierra mojada o sentir el viento entre los viñedos.

En cuanto a los personajes están bastante bien perfilados, aunque quizás, para mi gusto, les falta algo de profundidad. El más interesante, sin duda, el de nuestra protagonista, quien ante el hecho de que nadie más parece creerla cuando intenta explicar lo que esta sucediendo, comienza a atormentarse y a dudar de si es real o imaginaciones suyas.

Por lo demás la trama es sencilla, sin grandes giros, bastante plana, con un romance que no me ha terminado de convencer y que, para mí, hace que más que un thriller sea una novela romántica de suspense.

Con el sonido de una lluvia persistente de fondo y rodeados de verdes viñas, la autora ha construido una historia con un ligero toque de thriller psicológico, donde se entremezclan drama familiar, locura y amor en un pequeño pueblo alavés .

Una historia que nos habla de miedos y de falsas apariencias, pero también de reencuentros, de superación, de lucha y fortaleza para seguir adelante pese a los obstáculos. de como en la vida a veces se suceden hechos inesperados que escapan a nuestro control y es el destino el que se encarga de poner todo en su lugar.