Segundo libro de la saga “La torre” en el que toma protagonismo, de nuevo, la inspectora Sarah Collins, y esta vez de la mano de la agente Lizzie Griffiths. En este caso nos encontramos ante una historia policiaca muy bien construida y llena de giros sorprendentes hasta el final (el cual no adiviné a tiempo, así que punto positivo). El final me sorprendió mucho y no lo vi venir. Se divide en capítulos cortos donde se van alternando las dos historias. Se nota la calidad en la redacción y en los numerosos detalles policiales ya que la autora ha pertenecido al cuerpo policial en Londres. En definitiva, un libro entretenido para pasar un buen rato y que, si os gusta el thriller policiaco, disfrutaréis. |