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Querido Miles: Por fin hemos podido conocernos. Después de mucho tiempo oyendo hablar ti, ahora ya puedo decir que te conozco y, chaval, ya sabía que me ibas a caer bien. . Tus padres son muy majos. Los conocí en Fragmentos de Honor y, aunque tu padre al principio era el típico militar rancio y estirado, al final se veía que tenía buen fondo. Y eso fue porque se encontró con tu madre que, entre nosotros, es la caña. Cordelia es una mujer de rompe y rasga, aunque sea de otro planeta y no conecte muy bien con las costumbres de Barrayar. Para ti ha sido una suerte tenerla como madre porque ella siempre ha sabido luchar por lo que sabía que era importante. Y por eso naciste tú, cuando nadie daba un duro por ello. . Tu vida -tu infancia- no ha sido fácil. Tu cuerpo siempre te puso límites pero tu mente no. Siempre eras el canijo de la clase, ese del que otros niños se reían o trataban con pena,. Pero tú siempre supiste que podrías hacer grandes cosas si te daban la oportunidad. No es fácil ser hijo de un Vorkosigan y estar a la altura pero esto no ha hecho más que empezar, ¿no?. . Resulta que ahora eres un jovencito con mucha imaginación y ganas de aventuras. Parece que no te quieren en la escuela militar pero ya te has encargado tu de hacer la mili por tu cuenta, porque resulta que vas a otro planeta a visitar a tu abuela y acabas montando todo un ejército galáctico a tus órdenes. Y sin cobrar un duro. El ingenio gana a la fuerza, eso está claro. Y te perdono ciertas licencias folletinescas porque sé que todavía te queda mucho por decir y muchas historias por vivir. Y aquí estaré para vivirlas contigo. . Cuidate Miles. Y que la fuerza sea contigo. |
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