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El equipo formado por Loeb y Sale es para mí un seguro de cómic de calidad, y en este tomo no se queda atrás. De forma autoconclusiva, personal y muy intimista, Peter Parker decide grabar en unas cintas mensajes para Gwen Stacy, ya fallecida, contándole su visión de cómo fueron aquellos primeros días en los que se enamoraron. ¿Una historia de amor? Sí, pero narrada con exquisitez y salpimentada con un aluvión de enemigos que dan la sensación de que no quieren que Peter y Gwen afiancen un vínculo aún no tratado. Una de las mejores historias que he leído del trepamuros, con un final realmente emotivo. |
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