Soltera y satisfecha

Después de una lectura dura y que me resultó emocionalmente extenuante, hasta el punto de que pese a que me gustó es muy difícil que me anime a hacer una reseña de la misma (El colgajo de Philipe Lançon), nada mejor que cambiar completamente de tercio y lanzarme a una lectura aparentemente intrascendente y divertida como es Soltera y satisfecha, con una portada que no engaña y que además resulta muy atractiva y llamativa, la de una chica joven y desenvuelta que desde ella nos guiña un ojo para llamarnos la atención.
Una novela un tanto inclasificable, porque por más que esté clasificada como romántica, muy poco tiene de romántica su protagonista que ya desde la primera frase de la novela nos declara que no cree en el amor.

Es cierto que nos confiesa que en una, bueno en unas cuantas ocasiones, estuvo enamorada, pero tras unos cuantos palos y desengaños tras creer que era la vez definitiva, optó por rendirse, miró a su alrededor y “vio” que aquello del amor para siempre, la pareja unida solo por los hijos o la hipoteca, era algo que no iba con ella. Así que ahí la tenemos, sola, feliz, soltera y libre de sentimentalismos farragosos

Toda la acción ocurre en la isla de Ibiza, creo que fundamentalmente porque allí es donde nació la autora y es un sitio que, además de mucho posible glamour para una novela de este tipo, es sobre todo un sitio que la autora conoce bien.

Elena no está sola en esta singladura, porque junto a ella conoceremos a sus compañeros de piso. Porque aunque su sueldo no sea malo, Ibiza es un lugar muy caro como para pagar sola un alquiler en un sitio tan céntrico y tan mono como el que la protagonista ha elegido.
También conoceremos a Lucía, la gran amiga de Luisa que trabaja en una céntrica y “cuca” cafetería (basta con decir que se llama “Pastelitos”) y que está colada por Ramón, un antiguo novio de Sonia del que ella intenta decirle lo golfo que es.

Soltera y satisfecha está narrada en primera persona con un estilo muy suelto y desenfadado por Sonia, la protagonista. Pero que la novela esté contada en primera persona, no quiere decir que lo que Sonia nos cuente sea verdad, porque la capacidad del ser humano para autoengañarse es infinita. de ahí que su gran afirmación de que ella es feliz soltera y sin compromiso, no deje de parecer a lo largo de toda la novela un autoengaño de alguien que es cierto que disfruta mucho con el sexo, pero que cada vez parece echar más de menos a alguien fijo a su lado.
Probablemente Soltera y satisfecha no sea otra cosa que una versión moderna de la fábula de la zorra y las uvas: no las como no porque no llegue, sino porque están verdes. Léase: estoy sola no porque no haya encontrado esa persona fiel, madura y buena, sino porque todos los hombres son unos golfos.

De hecho, el título de la novela no deja de ser el gran autoengaño de Sonia, porque soltera sí que esta, pero ¿satisfecha? Sexualmente posiblemente sí, porque nadie se le resiste. Pero ella misma sabe que esa no es la satisfacción que ella busca.


OPINIÓN PERSONAL

No es esta el tipo de novela que leo habitualmente, ni soy el público al que va dirigida. Pero no viene nada mal salirse de vez en cuando de novelas negra o histórica o de mucha enjundia para leer una novela como esta tan desenfadada y divertida, que tras una llamativa portada y un título tan conseguido como Soltera y satisfecha, conecte seguramente con muchas mujeres que en el fondo les encantaría vivir como Sonia, disfrutando de la vida y el sexo sin tener que “soportar” a un novio o, peor aún, a un marido.
Una bonita ensoñación que contrasta con la realidad profunda de Sonia, esa que solo podremos entrever a lo largo de la novela, como esas personas puro chiste y alegría en sus relaciones con los demás, pura fachada para ser queridos.
Una novela que concluye aquí, salvo que el éxito de la novela permita a la autora continuar con una segunda novela sobre Sonia. Desde luego material para desarrollar el personaje hay. Y desparpajo de Sonia para cautivar el corazón de los hombres y de los lectores también.
Así que si quieres pasar unas horas relajadas y divertidas, ya sabes: Soltera y satisfecha.
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