La ley de los justos

La ley de los justos es una novela histórica larguísima con una trama cuyo telón de fondo transita entre la Barcelona de finales del siglo XIX y la isla de Cuba.
A través de una complicada historia de amor entre distintas clases sociales que, por extensión y tratamiento, recuerda a los folletines clásicos de época (y esto no lo digo en tono despectivo), el libro nos narra los avatares de una familia barcelonesa con intereses económicos en Cuba en una época difícil para la ciudad de Barcelona.

Al término de la Exposición Universal de la ciudad, muchísimas personas perdieron su trabajo y se quedaron en el paro, a lo que hay que añadir que la ciudad se abrió al mar y para ello se derribaron unas 10000 viviendas. Todo esto creó un clima de inmensa inestabilidad y descontento; y las revueltas populares y anarquistas, las bombas y los fallecimientos estaban a la orden del día. En otro orden de cosas, la esclavitud estaba llegando a su fin y como consecuencia empezó a surgir el tráfico y el contrabando de esclavos.
A la par de toda esta inestabilidad económica, política y social, asistiremos al nacimiento de la Barcelona modernista con la construcción de todos esos famosos edificios por todos conocidos y que siguen siendo un importante atractivo turístico a día de hoy. Leyendo el libro se nota que Chufo Lloréns se adentra en todos los temas históricos que trata desde un amplio conocimiento de sus entresijos y con un dominio impresionante de la técnica de tener enganchado al lector con una narración eficaz y precisa. La prosa es efectiva, al alcance de la mayoría pero no pobre, y se percibe adecuada para la época tratada.
La ambientación es extraordinaria y el ritmo, muy bueno; aunque he de reconocer que hacia la mitad del libro sentí que la trama no avanzaba, que la historia se estancaba, y la lectura se me hizo un poco cuesta arriba. Superado ese escollo, volví a meterme en la historia y ya fue un sin parar hasta el magnífico final, en el que cierra todas las tramas y subtramas como cabría esperar del gran escritor que es.

Los hechos históricos -a pesar de ser conocidos para los que tenemos una edad- no dejan de interesar, sobre todo porque el autor tiene el mérito de volver a apasionarnos en la trillada historia de la Barcelona modernista, tantas veces narrada por tantos y tantos escritores (me viene a la mente ahora mismo Ildefonso Falcones, por decir alguno). Se nota a la perfección que es un territorio en el que el autor se mueve como pez en el agua y que domina como pocos esos escenarios históricos.

A pesar de que estamos ante una trama aparentemente estirada en exceso, la novela no se hace eterna por dos motivos, en mi opinión. El primero es que Chufo Lloréns planifica de forma extraordinaria cada capítulo nutriéndolo de momentos emocionantes para que el interés del lector no decaiga; el segundo motivo es que el autor tiene presente que aún tratándose de novela histórica, es ante todo una novela y no deja nunca de lado el tratamiento de los personajes de ficción, consiguiendo que el lector los perciba reales y creíbles, con la suficiente y precisa caracterización.


La ley de los justos es un libro largo, diría que excesivamente largo, pero la historia que nos cuenta y sobre todo, la forma en la que lo hace, es tan emocionante y absorbente que antes de que uno se dé cuenta ya ha llegado al final.

La novela, exceptuando esa parte central que se me hizo cuesta arriba, me ha gustado muchísimo porque me ha tenido totalmente inmersa en la trama. Si como a mí, os gustan este tipo de novelas, no la dejéis pasar; si por el contrario este estilo y tipo de lectura ya de entrada no es lo vuestro, entonces mejor no perder el tiempo con ella.