Donde no llegan las sombras

Martina desaparece al salir del colegio, días después encuentran su cuerpo sumergido en una poza, viste de blanco y lleva en el pelo una corona de flores. Una segunda niña desaparece, y hasta una tercera lo hará. Álex se pone al frente de la investigación y todo su pasado se remueve, su hermana desapareció con la misma edad que las víctimas y en el mismo lugar, así que tiene la esperanza de saber por fin que pasó con ella. Pero a la vez, recae sobre ella la responsabilidad de salvar a futuras víctimas, y hacer justicia por las que ya no están.

Se trata de una novela con capítulos cortos y ágiles en la que el lector se ve inmerso desde el primer momento por la dureza de los hechos y la magistralidad con la que el autor los trata. Durante toda la historia se respira un ambiente de intranquilidad y misterio gracias a una ambientación muy oscura. Un entorno boscoso y hostil, donde el mundo mitológico local y sus leyendas son un protagonista más en la trama.

Durante toda la historia encontraremos la dualidad entre la fantasía mitológica y la racionalidad de la investigación policial. ¿Hasta qué punto las criaturas del bosque pueden tener algo que ver? ¿Serán suficientes las pistas para perseguir a alguien de carne y hueso? Os advierto que encontraréis escenas y capítulos que os pondrán los pelos de punta.

Los personajes son numerosos, pero el autor se encarga de desarrollar aquellos que más protagonismo tienen. Álex, por ejemplo, va más allá de su oficio, carga con una mochila de traumas pasados que se relacionan e interfieren directamente en la trama central de la novela. de este modo, son muchos los frentes abiertos y los incentivos para seguir leyendo.

Es una lectura perfecta para leer en estas tardes de frío, que merece una lectura pausada para captar todos los matices y apreciar la increíble ambientación.

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