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Empezó superfuerte, los personajes pintaban muy bien e Irina se ganó pronto un lugar en mi corazón, un personaje bien creado, con luces y sombras, que la hacen aún más interesante. El caso viajaba perfectamente entre pasado y presente, con unas escenas en el antiguo orfanato de Rocanegra que son absolutamente brillantes, pero a la vez extremadamente dolorosas (pero esos cambios de época no se hacen nada pesados, ni te lían, que es mi mayor miedo siempre). Es digno de resaltar como el autor consigue crear una buena historia de amor, dentro de un libro de este estilo, sin que parezca forzada. A medida que el libro avanzaba, la tensión crecía a unos niveles impresionantes, que te hacían morderte las uñas por la necesidad de saber más; que narices paso en aquel orfanato, el porqué de los asesinatos y lo que une ambas cosas. Mientras más capítulos leía más jugaba con mi cabeza, llegue a dudar si lo que veía Irina era real o producto de su imaginación y en ningún momento tuve ni una mínima idea de quien podía ser el asesino, cuando llego la sorpresa final me tuve que encajar la mandíbula bastantes veces. En las explicaciones finales me atravesó más de un escalofrío y me dejaron mal cuerpo, una de las pocas veces en mi vida que no siento nada en contra del asesino, empatice bastante con él y entendí perfectamente el porqué lo había hecho. El autor trata cierto tema dificil magníficamente, le da un protagonismo bastante grande, una moraleja de lo que puede pasar y por último un final muy triste en ese apartado (los que hayáis leído el libro sabéis a que me refiero). Por último, dos cosas: confirmo que el chusmi me conoce demasiado bien y… ¡Necesito segunda parte, por favor! |
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