Capítulos cortos que te llevan a conocer a Anna, la monotonía de sus días, su sentir gastado. Crea un ambiente opresivo a base de rutina y recuerdos de una infancia rota marcada por el maltrato. Contada en varios tiempos, el presente se mezcla con los recuerdos y dota a la historia de un dinamismo que se agradece por la dureza de lo que va narrando, que también se mezcla con las vivencias de otros personajes. Poco a poco, te ves sumergido en una trama densa y oscura, en la que todo se tuerce y la calma aparente esconde secretos latentes que, cuando explotan, convierten la historia en una vorágine. Me han resultado curiosos los personajes, del primero al último creo que dejen a nadie indiferente, y las menciones a temas de actualidad, aunque triste, son un punto a favor de la trama. Destacaría la frialdad a la hora de tomar decisiones, la seguridad y las escenas macabras, que son muy impactantes, así como la templanza, la falta de escrúpulos y el final, que con todo lo que sucede, parece mentira, pero sorprende. Es una novela difícil por todo lo que toca, pero merece la pena, sin duda. |