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R. M. Llano trabaja como guionista y productora ejecutiva de series de televisión participando en grandes producciones como “El internado”, “Tierra de lobos”, “Los nuestros”, “Mar de plástico” o la actual “Toy Boy”. Su deseo de crear, inventar y compartir sus historias la lleva a traspasar la gran pantalla para plasmar sus ideas en el papel con su novela debut “El bandolero oscuro”, primer tomo de una saga de siete libros. Con este primer trabajo Llano traslada al lector a la España del siglo XIX de una forma casi mágica, con una pluma exquisita, deliciosa narrativa y bellas descripciones que ayudan a contextualizar y aportan cuerpo al texto al crear una buena ambientación. La trama, contada en tercera persona y acorde con el tiempo histórico en el que desarrolla, tiene como premisa un cliché estereotípico de las novelas de este género. Sin embargo, la forma en la que está narrada y los sorprendentes plot twist, o giros inesperados, hacen que el lector se sienta automáticamente atrapado. A esto no le ayuda la brevedad de los capítulos que prácticamente obligan a leer “uno más”. Los personajes se encuentran bien desarrollados y formados. Destacan los protagonistas. Por un lado, Anabel, joven viuda, soberbia, luchadora, incomprendida y rebelde que lejos de seguir los patrones sociales siente que su espíritu es libre y debe seguir aquello en lo que cree. Por otro lado, Samuel, el bandolero oscuro, un hombre marcado por su pasado, solitario, rudo, y temerario, en cuyo interior se encierra un alma tierna y sensible. En ambos personajes se les atisba una evolución bastante considerable. En ella se halla un proceso de maduración, crecimiento personal y amor por sí misma mientras que él aprende a ver la vida de otro color gracias al amor. En este punto me ha gustado considerablemente, que la autora sea realista y no se deje llevar por el falso cliché de que el amor hace que todos los traumas se solucionen, sino más bien que es un proceso lento y, a veces, imposible de superar, aunque sí aprender a convivir con él. La tensión sexual que sienten los personajes se puede prácticamente tocar desde las primeras páginas. Este hecho carga a la novela de erotismo creando en el lector una expectación hasta que esa atracción se consuma al fin. Un punto que no me ha gustado demasiado en la relación de los personajes es el insta love y la relación de confianza íntima que hay entre ellos prácticamente desde el primer momento en que se conocen. Otro punto que he echado en falta ha sido algo más de romanticismo más allá de las escenas sexuales. Más personajes que aparecen y con los que el lector se encariña son los chacales restantes, quienes se presentan de forma plana para profundizar en sus vidas y psique en los respectivos libros continuadores de la saga. Si bien es cierto que, antes de culminar la novela, la autora pone de manifiesto los posibles protagonistas del siguiente tomo. Algo que deja al lector con la imperiosa necesidad de conocer de inmediato. Cabe destacar que algunos temas tratados son fuertes y pueden herir la sensibilidad del lector, a pesar de ello la autora los menciona con respeto y delicadeza. A pesar de que hay puntos que no me han gustado excesivamente, (he de reconocer que he leído muchas novelas románticas en mi vida y me declaro muy puntillosa con las historias al respecto), ha sido una novela que me ha mantenido atrapada desde la primera página, me ha hecho suspirar y sorprenderme. Siento que Llano irá mejorando con las siguientes y eso me hace desear leer la segunda parte. En resumen, “El bandolero oscuro” es una novela romántica llena de acción, aventuras, romanticismo y giros inesperados que hará que el lector pase momentos agradables durante su lectura. Sin duda la recomiendo a todos los amantes de la literatura romántica no solo por la historia sino porque se encuentra escrita por una mujer española, algo que poco se ve en el género romántico histórico de hoy en día. |
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