Chica conoce chica

Perspectiva:
Una historia soft de chicas queriéndose

Balance:
Voy a comenzar con lo que más me ha llamado la atención y me ha descolocado un poco: cuenta la historia de cómo se conocieron las autoras. No tengo claro cómo calificar esto (sale en la imagen de la sinopsis). No es un libro autobiográfico y no creo que se pueda calificar de autoficción. Si lees la novela, te encuentras esto justo: una novela. Esta información me descolocó y, a día de hoy, no sé muy bien cómo encajarla. Desde luego, no me parece un detalle relevante.

Más allá de esto. Ha sido una lectura muy amena y agradable. Por un lado, se narra la historia de Molly, una chica retraída que le cuesta abrirse al mundo, declararse a la muchacha que le gusta y ser ella misma. Tiende a esconderse. Por otro lado, está Alex, una joven seductora que viene de una familia desestructurada y debe trabajar para mantenerse a ella misma y su madre alcohólica. Dos personajes antagónicos que llevan a cuesta sus propios demonios. Esto siempre me gusta. Tiene un punto naíf que me parece muy tierno.

Me ha parecido muy ameno leer ambos puntos de vista, ser observadore de cómo las dos se construyen y apoya la una en la otras sin enterarse. Se configura como una historia de crecimiento personal, de universidad, de conquista de amores y de ese tópico de cenicienta. Todo ello se une en un relato dulce sin grandes dramatismos. El mundo también puede ser un lugar amable.

Ambas autoras plantean un estilo sencillo, directo, con gran carga emocional, pero que esconde más de lo que se deja ver a simple vista. Pues los problemas siempre poseen más de una dimensión y cada detalle puede ser relevante.

Percepción final:

Una historia muy dulce que da lo que promete: una historia de dos jóvenes universitarias que andan más bien perdidas en el mundo. Si buscas una lectura romántica ligera, que te deje el corazón calentito, no te lo pierdas.