Seis grullas

Cuenco aparte (esto lo entenderán los que hayan leído el libro), es el mejor libro que he leído este mes (al menos por ahora, ya que queda mucho abril). Tenía ciertas reticencias porque estoy algo cansada de la fantasía juvenil romántica. Sin embargo, solo puedo decir cosas positivas del libro.

Lo primero, sí, es juvenil; principalmente porque la protagonista, Shiori, es adolescente. No obstante, y es algo muy positivo en mi opinión, es que su comportamiento no se estanca en el típico cliché juvenil. No hay un "quiero y no puedo", ni un "esta me cae mal porque me quiere robar al novio", ni "mi madrastra me odia y mi padre no me hace caso". No. Shiori es una chica que aprende a lo largo del libro, que evoluciona hasta ser lo que nunca pensó que llegaría a ser. Y es algo que me ha gustado tanto que me da exactamente igual que haya una segunda parte cuando pienso que debería haber sido autoconclusivo.

En cuanto a la trama, aviso que es lenta, pero muy bien construida. No tiene el ritmo preestablecido de fantasía juvenil, sino más bien de fantasía épica sin excederse. Es una historia que se cuece despacio, que le da tiempo a la protagonista para evolucionar, para desarrollarse como persona, para romper la maldición.

Por otro lado, el romance es muy diferente a lo típico. Es algo bastante secundario, pero que está ahí. No hay clichés como "qué guapo es" o "menudos músculos" o "no puedo pensar en otra cosa que no sean sus ojos". No. Shiori no se centra ahí, sino en romper la maldición. Y el protagonista masculino (no diré quién es porque creo que merece la pena descubrirlo durante la lectura) es alguien sensato, con sus defectos y sus virtudes.

Sinceramente, he agradecido mucho poder leer una historia que se escapa a lo preestablecido, que rompe con lo típico del mercado. Seis grullas me ha resultado una historia mágica y original.