Siete días para una eternidad

Dios y el diablo se han puesto de acuerdo. Cansados de sus eternas disputas deciden entablar una última batalla. Las reglas son las siguientes: cada uno de ellos enviará a la Tierra un emisario que contará con siete días para inclinar el destino de la humanidad hacia el Bien o el Mal. Dios y Lucifer establecen que el enfrentamiento se producirá en la ciudad de San Francisco y eligen a sus mediadores. Dios escoge a Zofia, una joven que posee el encanto de un ángel. Lucifer se decide por Lucas, un hombre atractivo sin ningún tipo de escrúpulos.

La escritura del autor es fluida y ayuda bastante a meterte en la historia, la cual contiene un argumento bastante sencillo pero con toques de intriga y una trama preciosa. Dios y el Diablo han escogido a sus paladines para su última batalla, pero no esperaban cómo terminaría la contienda ni cómo se desenvolverían sus emisarios.
La enviada de Dios es Zofía, un ángel joven que reside en San Francisco y trabaja en el puerto controlando la seguridad, llena de bondad, amabilidad y que cuida de todo el mundo. Mira siempre por el bien de los demás pero nunca piensa en su propia felicidad, dejándola totalmente de lado, cosa que siempre le reprochan su casera y su mejor amiga. Y el Diablo envía a Lucas, un hombre atractivo que ama la destrucción, sin escrúpulos y que crea el caos a su paso. Lo que ninguno de los dos esperaba era conocerse y, mucho menos, sentirse atraídos el uno por el otro.

Los personajes están bien construidos y que representan a la perfección la concepción del bien y el mal y la gran gama de matices de gris entre uno y otro. Y es que el amor es una fuerza muy poderosa que puede provocar que un ángel caiga o un demonio ansíe ser bueno.
Además de los personajes principales, habrán personajes secundarios que ayudan al desarrollo de la historia y son una delicia en sí mismos, con su propia historia cada uno. Destaco sobre todo a Dios y el Diablo, los cuales no aparecen en exceso, pero las interacciones entre ellos aportan un toque de humor al libro que a mí, por lo menos, me han arrancado alguna que otra carcajada y mira que eso es difícil,...
El final es bastante predecible, aunque con un hecho que no me esperaba para nada, pero me ha parecido perfecto para la historia. Me ha faltado un poco más de información entre el último capítulo y el epílogo, saber cómo llegaron ahí, pero no pude evitar reírme con la conversación entre Dios y el Diablo.

Siete días para una eternidad contiene una historia preciosa y sencilla que consigue que te internes en ella, con unos personajes que se encontrarán con algo inesperado y por lo que tendrán que luchar.