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Muerte en la Fenice es la novela con la que Donna Leon dio a conocer a Guido Brunetti, su personaje más famoso y del que, por fortuna, hay un montón de libros publicados. Debo confesar que, hace años, vi algunos capítulos de la adaptación televisiva de la serie, producida por un canal alemán, y, como suele ser habitual, la novela es mucho mejor porque se aprecian todos los matices de la sociedad italiana que la autora norteamericana plasma en sus historias, lo cual no es de extrañar porque Donna Leon lleva, desde principios de los 80, residiendo en Venecia. La trama de Muerte en la Fenice arranca con la muerte de un afamado director de orquesta, Helmut Wellauer, del que descubriremos un lado oscuro de la mano del comisario Brunetti, un hombre tranquilo y culto al que rodean numerosos secundarios con los recorreremos los canales donde no todo es el oropel que sus visitantes ven al acudir a la ciudad. En cuanto a la pluma de Donna Leon, me ha gustado mucho su modo de narrar y el que los personajes tengan tanto que contar y no se queden en su mera apariencia porque, poco a poco, salen a la luz sus auténticas personalidades, permitiendo a los lectores desentrañar los entresijos del misterio que encierra la muerte del admirado director. Montalbano me gusta más que Brunetti porque el comisario creado por mi admiradísimo Andrea Camilleri es inimitable y único, por ello, cualquier comparación sería injusta, pero Guido es un policía con un olfato nato para la investigación, con lo que se ha ganado con creces el que siga leyendo sus novelas. |
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