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Nos encontramos en el siglo XXXVIII y la humanidad está a punto de extinguirse debido a una enfermedad letal que está afectando a todas las colonias del universo. Pero en el planeta Thabitia existe una flor, el Trillium, que parece ser una posible salvación. Nika, protagonista de esta historia, es la encargada de las conversaciones con los thabitianos, y tras uno de sus encuentros parece teletransportarse a un templo en el Amazonas en el siglo XX. Allí se topa con William, un excombatiente de la Iª Guerra Mundial, y los destinos de ambos quedarán ligados para siempre. De vuelta a su realidad, Nika se entera de que su ejército planea acabar con los thabitianos y quedarse con todo el trillium a pesar de haberles dicho que en el templo hay una especie de puerta dimensional que desafía el espacio y el tiempo. Por su parte, William insiste al resto de su expedición en la necesidad de salvar a Nika, que está dentro del templo. Y, en ese volver a encontrarse el uno con el otro, pasaremos por distintas épocas y circunstancias de cada uno de los personajes, siendo el denominador común el amor que parece haber surgido entre ambos, lo único que podría salvarles de la inmensa soledad en que están inmersos a pesar de encontrarse rodeados de gente. Por momentos me ha resultado una lectura algo difícil de seguir, no ayudando en exceso el tipo de dibujo, algo rudimentario, pero sí hay que reconocer que Lemire utiliza recursos narrativos interesantes, como el ir contando en la misma página las historias de ambos personajes por separado. Cabe destacar también el lenguaje utilizado por los thabitianos, que es creado ex profeso por el autor para este cómic. |
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