Me llevaré el muerto a la tumba

Es de las pocas veces que aunque sabía de que iba a tratar la historia, no quise leer la sinopsis. Era evidente que la historia iba a tratar sobre fantasmas, ¿no? Pero esconde bastante más, a pesar de que es una historia muy cortita y que se lee en una hora, como fue en mi caso.

No quiero desvelaros demasiado, porque el encanto de la obra reside en su interior y mientras menos se sepa, mucho mejor. Es terror, eso lo sabemos. Pero no es un terror desagradable, ni fuerte, ni concentrado. Es ideal para los que no han leído nada del género, que no tiene sustos en exceso y hay una bonita historia detrás.

Tenemos fantasmas, no lo podemos negar. Pero también vamos a encontrar muchísimo humor, que es lo que más caracteriza a la obra. ¿Os gustan esas historias en las que la protagonista tiene más arte que un teatro entero y te tienes que reír con las cosas que suelta? Aquí lo vamos a encontrar. al igual que grandes dosis de ternura, drama y personajes de todo tipo.

He sentido la narración super cercana, como si en vez de estar leyendo, hubiese estado en el parque con los amigos y escuchando sus anécdotas paranormales. La agilidad es abrumadora y os sorprenderá el final, ya que a mi también me pilló desprevenido. ¡Esto da para segunda parte, eh! Yo no digo nada.

Es ideal para una tarde de otoño en la que la lluvia azota las ventanas, el crepitar de la chimenea es el único acompañante en la sala y un par de deliciosas velas encendidas, con una taza de café. Perfecto para iniciarse en los géneros más paranormales y pasar un rato de risas muy memorable.