Ha estado entretenido y me lo he pasado bien leyéndolo, pero me sabe mal que lo que más me ha gustado han sido los momentos de humor del libro. Eso sí, el final me ha gustado mucho. Es curiosa la historia de la creación de este relato. Al autor le propusieron escribir un folletín para smartphone. Las condiciones eran duras: los episodios no debían sobrepasar las tres páginas de una pantalla normal, es decir, el tiempo medio que pasa un parisino en el metro entre dos trasbordos. Y claro, el autor que es amante de la novela folletinesca, aceptó sin dudarlo. |