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Lem se tomó muy en serio la parte de ciencia en "ciencia ficción". Esta obra es monumental no por su extensión, sino por el hecho de que en 1960 Lem ya había desmenuzado con ojo crítico la esperanza infantil de la humanidad de verse reflejados en las especies más extrañas de los planetas más distantes. No hallaremos marcianitos verdes. Solamente la indiferencia colosal y majestuosa de un planeta-océano, ermitaño del tamaño de una estrella alumbrado por dos soles, que perfora con mirada incisiva las mentes humanas. Y luego materializa recuerdos con forma de personas- verdaderos fantasmas. No es tortura, estrategia, nada. Quizá solamente el efecto colateral de una entidad titánica que es. Que existe y piensa. Solaris es lento debido a las secciones en la biblioteca donde hay terminologías, apellidos y enteras bibliografías alrededor del planeta. Esta novela es una reflexión filosófica, casi nihilista, y una triste historia de amor también. No es lo que esperaba. Ojalá hubiera habido más exploración, menos secciones de Kris leyendo artículos académicos solaristas, más chismes de los otros visitantes. Pero aquí lo que importa es la introspección. 📣 "Lo que anhelábamos: el Contacto con otra civilización. ¡Lo tenemos, hemos establecido ese Contacto! ¡Nuestra propia fealdad, aumentada como bajo un microscopio, nuestra necedad y nuestra vergüenza!". |
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