Y, sin pensárselo dos veces, con una fuerza que hasta entonces no sabía que tenía, sacudió sus alas y voló por el aire en busca de aquel canto hermoso y lejano. |
Y, sin pensárselo dos veces, con una fuerza que hasta entonces no sabía que tenía, sacudió sus alas y voló por el aire en busca de aquel canto hermoso y lejano. |
Y así Pico Chico aprendió a gruñir como el hipopótamo. Gruñía a la jirafa, gruñía a la cebra, gruñía al buey, al ciervo y a todos los demás animales. Pensaba que, gruñido a gruñido, se haría tan temible y poderoso como el gran hipopótamo |
Manolito ...