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La verdad es que no es para nada lo que esperaba, pero me he llevado una grata sorpresa. El principio es sencillamente brutal, terrorífico y cargado de suspense con esa entidad desconocida que acecha a los Davenport y que busca hacerse con el bebé de la familia. Y todo esto en las primeras hojas del libro. El resto de la historia se centra ya en un Gabriel adolescente, que vive en una mansión con gente con capacidades especiales dedicada a la investigación de lo paranormal. En esta parte ya no encontramos tanto terror, sino más bien una fantasía oscura. Esto no significa que no volvamos a experimentar momentos de tensión y algún que otro susto puesto que esa presencia maligna no ha renunciado a Gabriel y estará dispuesta a todo con tal de conseguir al muchacho, caiga quien caiga. Aunque, y esto es lo que no me esperaba, entrarán en escena más criaturas con las que el ente y los habitantes de la mansión no contaban. Lo único que no terminaba de convencerme es lo precipitado que fue ese final. Luego descubrí que es la primera parte de una trilogía, que está terminada en inglés, pero que no sé si algún día la traducirán al español. No obstante, el primer libro cierra prácticamente lo más importante y se puede dar por concluida la saga ahí, aunque quedan muchas incógnitas en el aire y a mí, por lo menos, me gustaría saber como continua. |
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