Las dos vidas de Mina Índigo

¿Por qué he tardado tanto en leer un libro de Alaitz Leceaga? A pesar de tener dos de sus novelas anteriores en la estantería desde hace tiempo, aún no había leído nada suyo. Craso error, porque “Las dos vidas de Mina Índigo” me ha fascinado por completo. Trama, personajes, ambientación…¡es que no le puedo poner un pero!

Barcelona, 1888. La ciudad se prepara para la Exposición Univerdal que promete ponerla al nivel de las grandes capitales europeas. El acontecimiento se verá en peligro tras el brutal asesinato de una joven, en cuya investigación unirán fuerzas Guillermina Índigo, médium y espiritista adorada por las damas de la alta sociedad, y el Doctor Ellis, el nuevo patólogo forense recién llegado a la ciudad desde Inglaterra.

Con una extraordinaria y envolvente prosa de la que resulta muy difícil escapar, Leceaga ofrece una historia mezcla perfecta de misterio, amor, aventuras, historia y espiritismo, con un toque mágico y de terror gótico (ese Palacete de Permanyer 😍) que hacen de la lectura una experiencia absorbente de principio a fin.

Gracias a una cuidada ambientación, la historia nos traslada a la Barcelona de finales del siglo XIX, un momento histórico convulso en el que la modernidad estaba pidiendo paso, chocando frontalmente con lo tradicional.

Nos presenta una Barcelona oscura, sórdida, misteriosa, violenta, gótica, en la que se reflejan de manera sublime los contrastes entre las distintas clases sociales. La opulencia del día a día y de las fiestas de la alta sociedad frente a la inseguridad y peligrosidad de los barrios obreros que luchaban por salir adelante afrontando condiciones laborales extremas, empezando a mostrar su disconformidad con esta situación.

Las revueltas de la clase obrera, el anarquismo o la fascinación por el ocultismo que recorrió Europa desde finales del siglo XIX (ese deseo de conectar con sus seres queridos, ese “querer creer”), son algunos de los temas que recorren toda la obra, y que sirven para ilustrar, aún más si cabe, las enormes diferencias existentes en la época entre unos y otros. Mientras unos estaban preocupados por el más allá, los otros solo buscaban un más acá que fuese justo con ellos.

Todos los personajes, principales y secundarios, están perfectamente caracterizados. Los principales poseen un carisma apabullante, y los secundarios, por pequeño que sea su papel, no solo consiguen engrandecer la trama si no que brillan con luz propia.

Mina Índigo es una joya de personaje. Es una mujer fuerte, inteligente, indómita, que no se ciñe a las convenciones de la época, a la que, los secretos y los fantasmas del pasado que la acompañan, le otorgan ese halo de misterio que envuelve toda su vida. Engaña a las clases altas sirviéndose de una red de informantes escogidos de entre las clases bajas, moviéndose como pez en el agua en ambos mundos. Ella sabe que es una mujer enigmática y lo usa a su favor, tanto para la trama como para con el lector.

A pesar de sus más de 600 páginas, no he sentido que la historia pierda fuelle en ningún momento y, tras un final que, aunque cierra tramas deja una puerta abierta a una nueva historia, “Las dos vidas de Mina Índigo” va directo a mi lista de lo mejor del año. Absolutamente irresistible.