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En Cuatro caminos hacia el perdón nos encontramos cuatro relatos interrelacionados que nos hablan de la vida en los planetas Yeowe y Werel, tercero y cuarto de su sistema solar. También tenemos la oportunidad de conocer algo de la vida en un rincón de Hain (el planeta donde empezó todo) y del funcionamiento y organización del Ekumen de los Mundos. A través de estos relatos la autora nos muestra la sociedad que surgió inicialmente en Werel y, más tarde, en Yeowe, que comenzó como una colonia del primero. En ella imperan el capitalismo salvaje, el machismo y la esclavitud. Los cuatro relatos se construyen en torno a un hilo conductor: el amor (y la empatía) a pesar de las diferencias, a pesar de los prejuicios. Especialmente los dos últimos, que son también los más extensos, son de una belleza y una profundidad maravillosas. Como es habitual en le Guin, apenas encontraremos acción: sus obras son pausadas, filosóficas, introspectivas. Qué inmenso fue el talento de esta mujer. Qué capacidad para plantar siempre en el lector esa inevitable semilla que te obliga a reflexionar sobre todo lo que ella expone, sin tratar en absoluto de condicionarte una dirección de pensamiento pero forzándote a reflexionar sobre todas las complejas capas de su bella narración y las múltiples lecturas que conllevan. Y por si todo esto no fuera suficiente, al finalizar los relatos nos encontramos con unas extensivas notas sobre cada uno de los planetas para profundizar en aspectos como su historia, su religión, su economía o su relación con el Ekumen. Imprescindible, como siempre. |
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