Una familia no tan feliz

• Una familia. Chalet lujoso en un barrio residencial dónde se codean las grandes fortunas. Dinero, tres hijos, y felicidad. ¿Acaso había felicidad? Todo aparentemente normal, si nó fuera porque aparecen después de la cena de Pascua, los progenitores muertos en extrañas circunstancias.
Todos tienen motivos para desarrollar un crimen. Cada hijo tiene una razón que los mueve. Un padre vengativo y una madre distante y ese resentimiento que va creciendo con ellos a lo largo de los años.

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• Ahora todos son culpables y todos dudan de todos después de considerarse una familia.

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• Sin duda alguna cuesta empatizar con esta panda de carroñeros. No he creado ningún vínculo afectivo con ninguno de los hijos ni demás personajes secundarios que se van agregando a lo largo de la historia. Quizás esas actitudes hostiles no dejan vislumbrar al asesino hasta el final.
Una novela adictiva, con muchos giros y con mucho enganche por descubrir que está pasando puesto que nada es lo que parece.

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• Se desarrolla en el lector una adicción malsana, y cuándo justo crees saber quién es el culpable, la autora vuelve a dejarte prácticamente como al principio. El broche final culmina el libro, queriendo saber más de todo lo que escriba esta monstrua del suspense.

Por cierto, me quedo con esta frase:

• ¡ Nadie se lo cuenta todo a nadie!