Una familia no tan feliz

Shari Lapena es una autora que me gusta. Sus libros son super entretenidos, se leen solos y a mí su lectura me resulta sumamente satisfactoria. Son novelas de intriga, thrillers más bien, que están dentro de lo que se ha dado en llamar “domestic noir” pues, como se suele decir, todo queda en familia. Hoy os traigo la reseña de la que es su última novela hasta el momento.
Éstas son mis impresiones

Tras la cena de Pascua, el matrimonio Merton formado por Fred y Sheila ha aparecido muerto. Ella ha sido estrangulada, con él se han ensañado. Es la mujer de la limpieza quien descubre los cadáveres dos días después. Las cosas revueltas y la desaparición de algunas joyas de Sheila parecen indicar que se trata de un robo y que a los ladrones se les ha ido de las manos. Pero a la policía hay alguna cosa que no le cuadra y decide investigar un poco más.

Los personajes se limitan a los miembros de una familia y a los dos policías investigadores. Tenemos al matrimonio asesinado y a sus tres hijos, todo ellos presentes en la famosa cena. La hija mayor con su marido, el hijo mediano y su esposa y la hija menor que acude con su actual pareja. Además, está presente la mujer de la limpieza que cuidó a los hijos de los Merton y es casi como de la familia. El único miembro de la familia no presente es la hermana de Fred, que no se lleva demasiado bien con su cuñada y sus sobrinos.

Los Merton eran muy ricos y la herencia asciende a varios millones de dólares. Cuando la policía empieza a rascar comprobarán que no todo era idílico en esa familia: que padres e hijos no estaban unidos, que entre ellos había conflictos. Si a eso le añadimos una herencia de varios millones de dólares…, imaginaos.

“Una familia no tan feliz” es una de esas novelas “quiénlohizo”. Absolutamente todos sus personajes pueden ser o pueden no ser el asesino. La autora te hace dudar de todos ellos: de los tres hijos, de sus parejas, de la tía, de la señora de la limpieza. En mi caso, no pude decantarme por ninguno de ellos, la verdad. Todos podían serlo, todos tenían motivos, quizás incluso oportunidad. En cada capítulo sospechaba de uno diferente; hay un personaje sobre el que recaen más las sospechas pero ni aún así tenía yo claro que fuese él. Y, llegando al final, me planteé la posibilidad de que la autora dejase abierto el final. No lo había hecho en sus anteriores novelas pero en esta ocasión no las tenía todas conmigo. Y me hubiese dado mucha rabia pues no me gustan los finales abiertos. Por suerte, no es el caso: acabaremos sabiendo quién, cómo y por qué lo hizo. Eso sí, los pobres investigadores lo han tenido super crudo, no sabían por dónde les daba el aire (y no me extraña).

Todos los personajes son para echarles de comer aparte. Empezando por los padres que más egoístas no pudieron ser durante toda su vida, crueles incluso si nos referimos al padre. Y siguiendo por los tres hijos, que van a lo suyo y ni siquiera entre ellos acaban de apoyarse. Vamos, una familia no-modelo

La novela se estructura en un prólogo y sesenta y tres capítulos de corta extensión. Es un narrador omnisciente quien nos va contando los entresijos de la acción, focalizando en cada uno de los personajes. Es una novela coral en la que no hay un claro protagonista pues todos ellos, especialmente los hijos y la tía, se reparten equitativamente el protagonismo.

Como nos tiene acostumbrados Shari Lapena, la prosa es directa y sencilla, sin artificios. Hay mucho diálogo y muchísimo ritmo por lo que las páginas vuelan entre las manos. Es un libro de los que, literalmente, no te puedes despegar.

Conclusión final

Me lo he pasado muy bien leyendo la nueva novela de Shari Lapena: un domestic noir que te hará dudar de todos los personajes y que, literalmente, devorarás.





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