Una familia no tan feliz

Las apariencias engañan, y de puertas para adentro la situación puede ser muy diferente a la mostrada al público. Y así ocurre con los Merton, una de las familias más acaudaladas de la ciudad de Aylesford. Tal vez no sean tan felices como hacen creer a los demás. Fred ha sido cruel con sus tres hijos toda su vida y su esposa se ha mantenido distante y sin entrometerse demasiado. Las noticias del brutal asesinato de la pareja después de cenar juntos en Pascua sorprenden al vecindario y la policía tendrá bajo su mira a una larga lista de posibles autores del crimen.

Todos guardan secretos, quieren tomar ventaja de una horrible situación y solo buscan el propio beneficio. Mentiras, medias verdades, desconfianza, rencor… es lo que rodea a la familia.

La autora hace una gran labor al hacerte dudar de todos los personajes. Todos tienen oportunidad de haber asesinado a la pareja y todos tienen sus motivos personales. He maquinado mil teorías y no lograba quedarme con ninguna hasta llegar al final.

Este es un libro que se bebe. Los capítulos son bastante cortos y a su vez están subdivididos entre los puntos de vista de los diferentes partícipes de la historia. Más de una decena de personajes serán los narradores y las escenas saltan de una a otra a toda velocidad.

Lo que más resalto es el aspecto psicológico que desprende. El cambio que da las relaciones al verte envuelto en un crimen. Esas personas que conoces bien te hacen dudar de si dicen la verdad y son inocentes o tal vez estás conviviendo con un asesino.

Es un thriller de ritmo vertiginoso, un whodunit al más puro estilo Christie. Y puede que esto haya sido lo que me ha impedido gozar al 100% de la novela, ya que la trama me ha recordado mucho a uno de los libros de la escritora británica que he leído recientemente.
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