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Ha sido mi primer contacto con la autora pero os puedo asegurar que no será el último porque esta historia me ha tenido completamente enganchada. Fred y Sheila Merton son brutalmente asesinados tras una tensa cena de Pascua con sus tres hijos. Una herencia millonaria, un padre malvado y una madre ausente que siempre miraba hacia otro lado parecen un móvil razonable, sobre todo para Audrey (la hermana de Fred) que no deja títere con cabeza, acusando a unos y otros, desconfiando, acechando, metiéndose en la investigación. Dicen que no conoces realmente a alguien hasta queda hay una herencia de por medio.... Y lo cierto es que todos te parecen sospechosos, cada capítulo es otra vuelta de tuerca que desvía las sospechas hacia otro lado hasta que ya no tienes ni idea de quién puede ser el asesino, porque ¡podría ser cualquiera!. Todos mienten, todos ocultan cosas, incluso los muertos tienen secretos. Y todos quieren lo mismo, el dinero. El único pero que podría ponerle es el final, ya que a pesar de que descubres quien es el asesino, no queda totalmente cerrado. Y que algunos de los conflictos que aparecen en la historia se quedan también en el aire. |
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