Este libro lo describen como un domestic noir o un thriller psicológico. Y es exactamente lo que es. Un drama familiar que tras la desaparición de un bebé nos va descubriendo las capas ocultas bajo un barniz de buena educación que se esconden en la mente de cada uno. Desde el primer momento te mantiene enganchado con la tensión del drama, la angustia lograda a través de los pensamientos de los padres, un ritmo ágil, y la intriga constante de tratar de adivinar quién es el culpable. El resultado es que perdí unas cuantas horas de sueño porque no podía soltar el libro hasta llegar a la última página. La autora entrega lo que promete, un final bien armado y sorprendente. ( Aunque algún detalle sea inverosímil). Para mi, ha sido uno de los mejores thrillers que he leído en el último año. Muy bueno.
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