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Nos situamos en un barrio acomodado de Nueva York, aparentemente tranquilo hasta que se descubre un asesinato. A esto le sumamos que un joven tiene como entretenimiento colarse en las casas del vecindario y curiosear en los ordenadores ajenos. De estas dos premisas parte este thriller donde nada es lo que parece. El hallazgo del cadáver de una vecina, revoluciona la rutina de cada una de las personas que viven allí. Pronto todos empiezan a ser sospechosos pero también comienzan a preocuparse sobre los propios secretos que esconden. Si ya habéis leído a la autora conocéis el estilo directo, la capacidad para ponerte en el lugar de los personajes y hacerte sospechar de cada uno de ellos. Es una historia muy ágil, apenas me ha durado un día, en la que constantemente vas descubriendo cosas que te hacen ir cambiando de opinión respecto al culpable. No se trata sólo de ir investigando los hechos para después resolver el crimen. La autora juega totalmente con el lector y los secretos van saliendo poco a poco desde el principio, pero sin descanso, hasta el final. Un final por cierto que me ha gustado mucho. Los thrillers no abundan últimamente entre mis lecturas pero cuando me apetece leerlos, me gusta que sean así. de los que no te dejan tregua, con capítulos cortos que te hacen leer aún más todavía y de los que estás deseando coger para terminarlos de lo enganchada que te tienen. Sin duda muy recomendado!!! |
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