Relato autobiográfico de apenas 100 páginas aunque no por ello exento de intensidad. Dividido en dos partes, la primera, a modo de introducción en la historia y puesta en contexto, gira en torno a un sueño donde la protagonista se encontrará con una muerta "muy especial". En la segunda, la autora ya se desnuda por completo y nos relata sus sufrimientos en una tóxica relación. Maltrato, violencia de género, dominación psicológica, dependencia... e incluso un episodio de violación anterior a esta relación. Es un relato amargo, que te araña el alma, cierto, pero que en ningún momento cae en sentimentalismos. Hay calidad en la narración, y mientras lo leí y haciendo honor al título, sentí el peso del dolor en el aire. Si algo tengo claro, es que todo libro que tiene la capacidad de remover sentimientos es una lectura necesaria. Segundo libro de Tránsito y segundo acierto de una editorial que poco a poco va definiendo su estilo y dejando claras sus intenciones. |