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Una historia muy bonita, marcada por la tenacidad femenina.😊 El escenario en el que nos movemos es la Inglaterra de 1858, con un fuerte contraste entre el bullicioso, elegante y, en gran medida, corrupto Londres, y la tranquila y sencilla ciudad de Cambridge. La autora resalta esta contraposición utilizando con gran maestría una excelente documentación histórica que quizá, en algún momento (sobre todo al inicio de la historia) puede pecar de abundante información, si bien todos los datos resultan interesantes. A la trama principal, la historia de amor entre Gerald y Violet, se suman otras tres subtramas que Amber ha sabido entrelazar muy bien. Me ha gustado que estas no terminasen uniéndose al desarrollo de la principal, porque me ha hecho ver a los protagonistas como personas independientes, con sus propios problemas y vicisitudes que han de resolver solos y que, de alguna manera, afectan a su vida cotidiana. Los ha hecho más reales. Gerald es un caballero -antiguo militar- comprometido con la sociedad y que aprovecha su escaño en el Parlamento para favorecer a los ciudadanos londinenses. Es un hombre justo y honrado, además de atractivo, por lo que supone un buen partido para las damas. Algo que no le interesa en demasía, hasta que conoce a Violet, una mujer poco corriente, tanto por su franqueza como por su forma de pensar. Violet tampoco está interesada en el matrimonio, a pesar de su edad. Considera que atarse a un marido la obligaría a renunciar a sus sueños, esos que su padre, profesor en Cambridge, se encargó de alentar. Tiene claro que desea trabajar como traductora de textos antiguos, sobre todo tras el fallecimiento de su padre y la situación precaria en la que han quedado ella y su tía. El problema es que ni las universidades ni otras instituciones están interesadas en contratar a una mujer. Por eso, cuando surge una oportunidad para lograr su sueño, viaja a Londres, sin saber que ahí encontrará mucho más de lo que busca. El primer encuentro entre Gerald y Violet resultará bastante accidentado, lo que repercutirá en la visión que cada uno tendrá del otro, más bien cargada de prejuicios que se irán desvaneciendo poco a poco, conforme se vayan conociendo. El romance entre ellos evoluciona de una manera dulce y tranquila, sin excesos de pasión (lo que se adecua a la forma de ser de los personajes, que son de carácter más intelectual y reflexivo), descubriéndose el uno al otro. Aunque tendrán que vencer algunos obstáculos para estar juntos. Los personajes secundarios me han gustado mucho y tienen su peso justo para que puedan desarrollarse las subtramas que la autora entremezcla. Cecily es encantadora y una buena amiga; Beth, con su personalidad algo histriónica, es una dulzura; George, el profesor Henderson, Phineas Moore... Cada uno tiene su lugar. Amber escribe muy bien, dando muestras de una extraordinaria documentación, dejándonos personajes que parecen muy reales y con un lenguaje muy cuidado. Recomiendo esta preciosa historia que, además, tiene un epílogo muy dulce.🥰 |
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