Es una recopilación de pequeños cuentos de apariencia sencilla o simple, con unos, el lector, se sentirá más atraído que por otros, pero ninguno le será indiferente, al final el poso que deja sobre la ciudad de Roma te hará volver, a esa casita aislada de vacaciones, a la escalinata, al restaurante y la niña malcriada, en pocas palabras a la vida de los emigrantes. Roma es un personaje más de esta recopilación, uno que recuerda que el tiempo pasa, como la madre que fotografía los amaneceres que su hijo no ve, que crece en la distancia, tiempo que jamás recuperará. Vidas comunes en circunstancias normales que ofrecen al lector giros inesperados que descolocan y cargan de tensión, racismo, obsesión, amistades irreconciliables, madres que cuidan a los hijos de otros, la envidia, todos ellos al final tienen algo en común, el amor, pero también el desarraigo, la perdida de las raíces, la familia, la cultura, esto afecta a las personas y la sume en la soledad y el aislamiento. Quién no conozca a la escritora podrá disfrutar de su estilo directo y sencillo, muchas emociones y sentimientos, destacaría la melancolía, ya me diréis. El intérprete del dolor en el año 1999 que le valió el Pulitzer de Narrativa y os lo recomiendo. |