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Leer este libro nos introduce en ámbitos supongo que desaparecidos para siempre en un país como Suecia. Aunque no deberíamos devaluarlos respecto de su cultura y el clima que reine en el país. Aún así, en medio de la dureza con que se vive y se aceptan las condiciones de pobreza, el trabajo y la absoluta supremacía de los pastores/párrocos de las distintas localidades, a cuyo alrededor se sostiene la vida, nos encontramos que las mujeres tienen claramente cierto poder dentro de los límites de su territorio. Casi liberadas de la opinión de los hombres que las dejan hacer. Por supuesto que en la casa de Maja Lisa la vida es caótica debido a las malas artes de su madrastra, aparecida de la nada del fondo de un lago y al cual volverá, sin castigo aparente, cuando se descubran sus hábitos aberrantes, casi sin que su esposo se hubiera enterado. Las distintas secuencias de la vida de esa familia se van dando sin solución de continuidad, pero siempre preservando el diario quehacer del párroco que pasa por la vida casi sin rozar los suelos, sin consonancia con los arduos trabajos y dolores de las mujeres de la casa por muy jóvenes que sean. |
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