La casa de Liljecrona

"El reloj de péndulo, alto, que había en la alcoba junto a la cocina en la vicaría de Lövdala, dio las seis con un estruendo, como si las pesas se hundieran hasta el fondo en el subsuelo. El ruido despertó a Pequeñita, que dormía sobre tres sillas, un lecho poco seguro, que le habían preparado a toda prisa a altas horas de la madrugada. Chilló y se levantó del lecho improvisado de un salto. Había soñado que estaba durmiendo en un ataúd, que iban a enterrarla y que las campanas de la iglesia doblaban por ella. Cuando tocó con los pies el suelo frío, se despertó de inmediato". En La Casa de Liljecrona, Selma Lagerlöf nos lleva a la Suecia campestre de principios del siglo XIX de la mano de Nora, a la que todos conocen como Pequeñita. Todo empieza con Pequeñita, su madre y su hermano que se llama.... Pequeñito. Así tal cual os lo cuento. Les pilla una ventolera de las de no salir de casa en el campo sueco pero claro, ellos tienen que salir porque son pobres y les espera una opípara cena de Navidad en la casa de un pariente rico. Y Pequeñita se dice, yo ahí llego aunque sea haciendo el pino, ya te lo digo. Y llegan, claro que llegan. Y no sólo cenan, Pequeñita sale de allí con un trabajo en la rectoría de Lövdala, haciendo no se sabe muy bien qué. En principio, como dama de compañía de la hija del rector, Maja Lisa, pero luego la tienen un poco para todo y nada, porque apenas vuelve a salir. Eso sí, cuando Pequeñita aparece y abre la boca, sube el pan. Maja Lisa, la verdadera protagonista de esta historia, está pasando las de Caín gracias a una madrastra muy mala a la que nadie soporta, hace un sortilegio con una tostada salada para saber quién será su novio en el futuro, conoce a los hermanos Liljecrona y es acusada de querer romper un matrimonio, con el consiguiente escándalo. El libro se divide en capítulos que son como cuentos independientes, todo muy invernal y hasta navideño, es una novela muy para esta época. Es fácil, es amena a su manera y también tiene un aire como muy añejo, de libro que tenían tus abuelos en la biblioteca. Selma Lagerlöf fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura en 1909 y tiene una obra extensísima, que incluye novelas, cuentos, biografías, memorias y ensayo.