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Tenía muchas ganas de leer este libro, no solo por las buenas críticas que ha cosechado, sino por la promesa de acercar la cultura sami, una cultura que para mí es bastante desconocida y de la que deseaba saber más, y qué mejor si puede ser a través de los ojos de una autora sami. El título no te deja indiferente, es contundente y ya de da una pista sobre el argumento del libro. Efectivamente inicia con un robo presenciado por una niña de 9 años, Elsa. Al empezar a leer no puedes evitar reflexionar sobre el propio título. ¿Cómo se define la palabra robo? Si buscamos en el diccionario, concretamente en la RAE, la definición es clara: "Delito que se comete apoderándose con ánimo de lucro de una cosa mueble ajena, empleándose violencia o intimidación sobre las personas, o fuerza en las cosas". Esta definición cobra una fuerza especial cuando leemos el libro, ya que nos muestra el robo que ha sufrido la cultura sami. La violencia que se ha empleado contra a ellos y como, pese a existir miles de testimonios sobre ello, la palabra se vuelve cómplice de quienes pretenden sustraer y acabar con su modo de vida, ya que, a fin de cuentas, es un delito menor si se lo compara con el asesinato. Pero en los robos siempre hay violencia, heridas que las personas ocultan para seguir sobreviviendo. En cuanto a la narrativa, inicia de manera sencilla, ya que casi toda la primera parte la vivimos a través de los ojos de Elsa, en la segunda y en la tercera parte hay un salto en el que podemos ver la madurez de la protagonista, pero también otras perspectivas de otros personajes a los que la autora va dando voz. Los capítulos son cortos, lo que hace que la lectura avance con rapidez. Si bien al principio necesitas tiempo para sumergirte en la atmósfera del libro, una vez te haces a él, no puedes dejar de leer. ¿Qué es lo que destaco de este libro? El valor de la protagonista. Elsa me ha encantado como personaje, su miedo y a la vez sus ganas de luchar me han impresionado. Sobre todo en una sociedad donde su voz no tiene el mismo valor que la de los hombres. Lo que cuenta. La violencia que no se menciona pasa desapercibida ante nuestros ojos, y la que se menciona de pasada, no nos impresiona, sino que la asimilamos como algo normal y olvidamos a las que son víctimas de ella. Lo que he aprendido. No volveré a decir la palabra lapón, o al menos no sin saber lo que significa. ¿Recomendaría el libro? Sí, pero no creo que sea un libro para todo el mundo. Es un libro que nos va a hablar de cosas desagradables y que es bastante gráfico en algunas partes. Pero si quiere entender la historia del pueblo sami, creo que es fundamental. |
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